Durante un control rutinario, personal policial logró decomisar alrededor de 300 kilogramos de carne. La misma fue adquirida de forma particular a un vendedor de la localidad de Tolhuin, quien realizaba faenas clandestinas. El procedimiento se llevó adelante en el puesto policial de José Menéndez. Personal de Bromatología e Higiene de la Municipalidad de Río Grande procedió al secuestro de la carne y desecho en el relleno sanitario.
RIO GRANDE.- En el marco de los controles preventivos que se llevan adelante en diversos sectores de la ciudad, personal policial detuvo en horas de la noche del miércoles, un vehículo en el puesto policial de José Menéndez, sobre la Ruta Nacional N° 3.
Allí se demoró una camioneta Volkswagen Saveiro de color blanca, la cual se encontraba al mando de Eber Daniel Torales de 28 años, donde al momento en que el personal policial solicitaba la documentación del rodado, el can “Bojan” perteneciente a la fuerza, rápidamente comenzó a indicar el sector posterior del vehículo.
Ante esta situación, se solicitó al conductor abrir la caja trasera del vehículo, accediendo de forma voluntaria a mostrar los elementos que trasladaba.
Allí se pudo observar la presencia de varias bolsas plásticas, las cuales contenían cortes tipo comerciales de carne bovina, arrojando alrededor de 300 kilogramos.
Esta persona explicó que la misma fue comprada a una persona en la localidad de Tolhuin, por lo que rápidamente el personal policial se comunicó con sus pares de la ciudad mediterránea, a fin de corroborar que la mercadería no correspondiera a un hecho delictivo de abigeato.
A los pocos minutos, se confirmó que la carne fue vendida por Arnaldo Eduardo Andersen de 49 años, quien explicó haber vendido en forma privada la carne de animales que faena en su propiedad, por lo que se descartó que se tratara de un hecho delictivo.
Por otro lado, los efectivos de José Menéndez, solicitaron la presencia de personal de Bromatología del Municipio riograndense, para que los mismos efectúen un control sobre la carne que se encontraba siendo transportada. Allí se comprobó que la misma no contaba con sellos de Bromatología e Higiene que indiquen que sea apto para el consumo de personas, como así también la precariedad en el traslado, sin contar con un sistema de refrigeración, por lo que se procedió a la incautación de toda la mercadería, al tiempo que se labraron las actas correspondientes.